{mosimage}Según el partido municipal, el escrito recoge un conjunto de normas de conducta que se deben cumplir en el espacio público, actuaciones prohibidas, infracciones, sanciones o intervenciones específicas. Para Narciso de Foxá, «esta ordenanza cívica pretende combatir el ‘pequeño delito’ y los comportamientos que amargan sistemáticamente la vida de los ciudadanos. Nos comprometimos en el programa electoral y ya hemos dado el primer paso».
Pero para IU esta ordenanza presenta importantes deficiencias que hacen necesaria su profunda revisión y una nueva redacción. Los socialistas también presentaron ya sus alegaciones porque consideran que esta ordenanza vulnera el principio de legalidad, así como otros derechos recogidos en la Constitución Española, como es el derecho de reunión y manifestación y el derecho a la libertad de expresión de ciudadanos y colectivos.
Izquierda Unida aboga porque «una ordenanza cívica no debería plantearse, como dice el texto, con el fin de conseguir que las conductas y actitudes de las personas que viven en Majadahonda se ajusten a los modelos mínimos de convivencia. Nuestro enfoque es muy distinto: asumir la diversidad, educar en el respeto al pluralismo y adquirir compromisos desde el Ayuntamiento para promocionar y dinamizar los espacios públicos como lugares para compartir actividades recreativas, culturales y sociales de interés colectivo».
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