
El 4 de marzo de 2003 la oposición municipal denunció que altos cargos del Consistorio ‘huyen' por el acaso de Ortega. Ricardo Núñez, Mercedes Pedreira y Dolores Dolz - portavoces de PSOE, Centristas de Majadahonda e IU, respectivamente - aseguraron que funcionarios municipales se vieron obligados a trabajar en otros municipios por las presiones del equipo de gobierno regional.
Destacaron el caso del interventor y el secretario municipal. No obstante, la denuncia no llegó hasta el cese fulminante de María Dolores Baño, directora del Centro de Sanidad de la zona noroeste madrileña y encargada del Programa de Drogas del Ayuntamiento de Majadahonda. Dolores acusó al concejal de Sanidad de «perseguir, aislar y denigrar a los trabajadores», el Ayuntamiento argumento motivos políticos para retirar la confianza a la exdirectora.
No fue el único conflicto entre el Consistorio y la
oposición, también se acusó a Ortega de adjudicaciones a precios inferiores del
mercado de dos parcelas municipales, motivo por el cual se ha visto envuelto en
el caso Gürtel. Ya entonces no se tomaron medidas legales y, actualmente,
Garzón le ha considerado inocente.
La oposición no fue la única complicación que encontró el antiguo edil, padeció una fuerte crisis interna. El grupo municipal del PP se encontraba dividido entre partidarios de Ortega y los seguidores del actual alcalde majariego y antiguo número dos, Narciso de Foxá.
Demasiados problemas y demasiada presión para el bienestar de Guillermo Ortega. Finalmente, el 4 de febrero de 2005 presentó su dimisión por motivos de salud. En todo momento se defendió de las acusaciones con afirmaciones como: «Quien tenga cualquier duda sobre las contrataciones o adjudicaciones que se hayan realizado en este Ayuntamiento, lo único que le pido es que vaya corriendo hacia el juzgado más cercano pero que no se presente con simples comentarios sino con todas las pruebas que tenga».
Su último discurso estuvo repleto de emotividad y agradecimientos a sus colaboradores y asesores. «Majadahonda, pueblo que me vio crecer y disfrutar de mi juventud y de momentos inolvidables, me hace anteponer los intereses municipales por encima de los personales, es por ello por lo que vengo a presentar mi dimisión como alcalde y mi renuncia al acta de concejal», terminó repleto de gratitud.
Ortega estuvo cuatro años fuera de
la vida pública, trabajando como gerente del Mercado Puerta de Toledo, hasta el
pasado 10 de febrero cuando Garzón le imputó en la ‘Operación Gürtel' por la
supuesta relación entre su gestión de alcalde y las empresas de Francisco
Correa. La oposición y su propio partido no tardaron en responder a la nueva
situación.
El Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP se planteó
abrir un expediente informativo -previo al disciplinario y la correspondiente
sanción en caso de ser culpable-, según los resultados del juicio con Garzón.
IU y PSOE no enmudecieron ante la nueva situación. Izquierda
Unida pidió la fiscalización de las cuentas de Ortega y los socialistas
exigieron un pleno extraordinario para estudiar la gestión del ex alcalde. La
respuesta del Consistorio de Majadahonda fue que se trataba de tiempos pasados
que tendría que abordar el juez competente.
El juez competente, Baltasar Garzón, se pronunció el pasado
miércoles. Su decisión fue concreta: Libertad sin medidas cautelares para
Guillermo Ortega.
Horas después Narciso de Foxá se alzó con la alcaldía. En su
discurso no se presenció la famosa rivalidad que provocó la crisis del PP
local. Sólo hubo palabras de gratitud al ex edil, asegurando que «ha dejado gran parte de su vida en el Ayuntamiento».
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