La tarde del pasado viernes 11 de febrero, mientras varios feligreses se encontraban en el templo, dos individuos sustrajeron el Sagrario de la Iglesia de Santa Catalina de Majadahonda. El hurto se produjo en apenas unos segundos, tiempo suficiente para que arrancaran la pieza del retablo cuyo valor es, más que nada, histórico y simbólico.
La Guardia Civil ha tomado huellas y dispone de descripciones de los ladrones por lo que se espera que los hechos se esclarezcan pronto. Mientras tanto el alcalde del municipio, Narciso de Foxá, ha comunicado al párroco su intención de regalarle un nuevo sagrario, tras mostrar su indignación por lo que considera un “atentado que demuestra la falta de tolerancia de determinadas personas y una falta de respeto hacia los católicos”.
Debemos recordar que este es el segundo episodio violento que sufre la Iglesia majariega. La pasada Nochebuena unos desconocidos prendieron fuego a una de las puertas de la parroquia. Pero no es el único templo que ha sufrido ataques porque hace dos años unos desconocidos colocaron cócteles molotov, que finalmente no explosionaron, en los conductos de ventilación de la Iglesia de Santa Genoveva, también en Majadahonda.
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