
«A 20 metros de mi casa la calidad de vida que hay es similar a la de un suburbio de Bombay», comentaba uno de los vecinos impotente porque el único capaz de efectuar reformas era el dueño. Nadie podía contactar con el propietario y desde el Ayuntamiento la única respuesta que recibían era siempre la misma: se trata de una propiedad privada y «se ha instado al dueño para que subsane las posibles deficiencias».
Muchos habitantes de El Plantío respiran ahora más tranquilos, desde hace unos días el derruido hostal CAN-VIC ha comenzado a cambiar: se han iniciado las reformas pertinentes, ya no es el hogar de la basura y las ratas.
Los responsables han hecho caso a las quejas de los vecinos y del propio diario NoticiasDeMajadahonda.es

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