Actualmente, hablar de Siria es hacerlo para hacer sobre la guerra, el dolor, los refugiados o la miseria. A diario llegan nuevas noticias sobre las terribles consecuencias que han ocasionado durante los últimos siete años una guerra que ha destruido los cimientos de un país.
Sin embargo, de vez en cuando también recibimos pequeños rayos de luz y esperanza en medio de tanta oscuridad y dolor. Hablamos del proyecto de origen español impulsado por Letizia Buzón.
Letizia Buzón decidió rescatar un producto milenario que se remonta hasta la antigua Babilonia y que tiene su origen en la ciudad de Alepo, en Siria. Se trata de del reconocido Jabón de Alepo, que llegó a extenderse por todo el comercio del Mediterráneo en la época de las Cruzadas en la Edad Media, y llegó a muchos países de la vieja europa con diferentes nombres, como a España con el jabón de Castilla o a Francia, con el conocido jabón de Marsella.
Buzón decidió crear el proyecto de recuperar el jabón de Alepo tras enterarse de que en la propia frontera, los refugiados sirios estaban fabricando el jabón en sus propias casas. Tras desplazarse al lugar para descubrir el proceso, Letizia Buzón se encontró con el testimonio de los refugiados, que aseguraban que lo que más añoraban de sus país era el olor al jabón de Alepo, "el aroma de Siria".
Y es que, antes de comenzar el conflicto armado, Siria contaba con más de un centenar de fábricas de este jabón tan característico, y a día de hoy únicamente continúan en funcionamiento dos de ellas.
Así, tras evaluar la situación, Letizia Buzón puso en funcionamiento una planta de fabricación de jabón de Alepo en la localidad de Gaziantep, situada en la frontera entre Turquía y Siria.
Este proyecto ha logrado, además de recuperar el jabón gracias al conocimiento de maestros jaboneros, dar empleo a medio centenar de personas de origen sirio. La nueva marca, "Leticia Buzón Jabón de Alepo", ha logrado cambiar las perspectivas de futuro para muchas familias de la zona, ya que los sueldos de los trabajadores doblan el salario mínimo de turquía, además de disponer de un contrato de trabajo y unas condiciones de seguridad laboral apropiadas.
Además, este proceso ha contado con la implicación total de los refugiados, que han participados en todos los aspectos de la marca, desde la creación, el diseño de la imágen corporativa, la fabricación del packaging o la puesta a punto de la web oficial.
Este jabón se desarrolla en un proceso manual y con una composición cien por cien natural. En concreto, tiene una proporción del cuarenta por ciento de aceite de laurel y un sesenta por ciento de aceite de oliva virgen. Este producto puede utilizarse tanto para el cabello, la piel o la cara, y es ideal para el uso diario. También es compatible con todo tipo de pieles, además de ser muy bueno para tratar las infecciones de la piel como puede ser el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica, los eczemas o las infecciones fúngicas, entre otras muchas.
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