Según los trabajadores «no se puede consentir que en las urgencias de un hospital así un día no haya sueros, otro no funcione el eletrocardiógrafo o que se cuelgue el sistema informático». La asociación que los engloban afirma que un mes y medio después de presentar la denuncia se han tomado medidas puntuales pero no se ha hecho un estudio serio de los problemas.
La asociación se queja de que en un hospital nuevo haya que transformar los aparadores en mesas arrancando las cajoneras o colgar sábanas en las ventanas de los cuartos de exploración para que desde la sala de espera de enfrente no se vean a los enfermos desnudos.
Es notorio que los trabajadores están molestos con la situación y es común entre ellos la sensación de que no se están tomando medidas sino que se están poniendo parches a esta situación.
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