La innovación forma parte del ADN de la ciencia y, como no podía ser de otra manera, también es una pieza básica en la industria espacial.
Desde el primer satélite en órbita en 1957 hasta las avanzadas imágenes de alta resolución que hoy en día capturan, cada año aparecen nuevas formas y tecnologías no vistas anteriormente que suponen una evolución y abre la puerta a nuevos usos, tanto en sectores que ya usan datos de satélite como en otros nuevos.
No es fácil anticipar qué novedades son las que vendrán a continuación, especialmente en una industria que es una de las puntas de lanza respecto a novedades tecnológicas, aunque ya se vislumbran algunas tendencias que pueden servir de referencia para los próximos meses.
¿De qué maneras puede un satélite ayudar hoy en día?
Principalmente, los satélites se encargan de capturar datos del planeta desde el espacio. No obstante, obtener datos en determinadas regiones y/o para determinados propósitos no siempre es una tarea sencilla, por eso cada vez son más populares los microsatélites, con un menor coste, pero con capacidad para tomar imágenes igual que uno grande.
Los datos obtenidos no solo son útiles para tareas concretas en función del sector, dichas imágenes sirven como entrenamiento para algoritmos de aprendizaje automática, que a posteriori ayudarán a que la inteligencia artificial realice cálculos por su cuenta y advierta patrones o cambios sin necesidad de que el usuario tenga que solicitarlo. Asimismo, los satélites actualmente también entregan información que sirve para mejorar la interconexión y la aceptación del Internet de las Cosas (IoT) no solo en el mundo laboral, también en casa.
Principales tendencias respecto a los satélites
Entre las posibles futuras tendencias a corto plazo, destacan las siguientes:
- Servicios en órbita: El rendimiento de los satélites decrece con el paso del tiempo debido a la falta de mantenimiento. Asimismo, desorbitar un satélite en general produce una gran cantidad de basura, por ello están surgiendo cada vez más empresas que proporcionan servicios de mantenimiento para los satélites todavía activos, así como desmantelamiento de satélites viejos, pues es una solución más sostenible y sencilla que limpiar la basura espacial producida cuando se intenta devolver un satélite antiguo a la Tierra.
- Satélites pequeños: Como se mencionaba anteriormente, esta idea ya está en marcha, pero todavía de forma poco extendida. Estos satélites de tamaño reducido permiten a los propietarios tener un ojo en el cielo que funciona exactamente para lo que ellos quieren sin tener que asumir los desorbitados costes de creación y lanzamiento de un satélite convencional. La gran mayoría de estos satélites compactos operan en una órbita terrestre baja y son igualmente válidos para las tareas de teledetección.
- Inteligencia Artificial: Si bien esta tendencia no es nueva, la gran cantidad de datos recogidos ha hecho que la mejora en este ámbito haya crecido de forma exponencial. El análisis de datos satelitales allana el camino de los sistemas predictivos, especialmente de aquellos relacionados con la gestión del tráfico espacial o incluso corregir de forma autónoma la órbita de cada satélite.
- IoT: La idea general del Internet de las Cosas está relacionada con la conectividad de diferentes dispositivos diferentes, por ejemplo, la domótica de casa con el teléfono móvil. Pero el IoT también sirve para otros sectores, por ejemplo, en el ámbito militar, con lo que un satélite que toma imágenes de la frontera podría estar conectado, por ejemplo, con los sensores terrestres o una alarma inteligente en el puesto fronterizo.
Escribir un comentario