El Atlético de Madrid está en un momento dulce respecto al aspecto institucional y deportivo.
En los últimos años, el club colchonero se ha situado a la altura de los dos grandes clubes de España, FC Barcelona y Real Madrid, y nada tiene que envidiar a las principales espadas de Europa. Con más de 130.000 socios registrados, desde el año 2017 disputa sus partidos en uno de los estadios más valorados del viejo continente, el Estadio Metropolitano.
Y es que la hermandad rojiblanca, cuyos orígenes se encuentran en otros clubes como el Athletic Club, ha vivido en los últimos años un crecimiento pocas veces visto. Con el Cholo Simeone como gran artífice, han vuelto al primer escalón del mundo de fútbol llegando a levantar ligas, como la de 2013-14 y la 2020-21, y consiguiendo disputar finales de la Champions League, ambas contra el eterno rival de la ciudad, en los cursos 2013-14 y 2015-16.
Después del estadio, a por la ciudad deportiva
Como ya comentó este medio, el Atlético tiene previsto abandonar el Cerro del Espino en los próximos años y trasladar su ciudad deportiva al distrito de San Blas-Canillejas, cerca del Estadio Metropolitano. Así lo anunció de manera oficial en propio club ofreciendo a sus aficionados una exposición el pasado verano en la que se daban detalles todas las instalaciones con las que contará el nuevo complejo deportivo rojiblanco.
Siguiendo el mismo modelo del estadio, el club ha acordado con el Ayuntamiento de Madrid usar las parcelas que fueron reservadas en su día para las candidaturas olímpicas de la capital. Una vez desvirtuado el sueño olímpico, será la entidad de Enrique Cerezo la que las gestione durante los próximos 75 años. Un total de 250.000 metros cuadrados de terrenos públicos que contarán con todos los servicios posibles.
Entre las instalaciones que no podían faltar destaca un centro de alto rendimiento municipal con residencia incluida y un miniestadio, para los equipos filiales del club colchonero, de hasta 6.000 espectadores. También contará, entre otros, con una playa de olas artificiales, rocódromos y pistas de pádel. Se trabaja para que sea un centro que, aparte de centrarse en la práctica futbolística, también acoja otras disciplinas deportivas.
Pero no todo es deporte, y este complejo que ya ha sido presentado también contará con una especie de centro comercial en el que se situarán diferentes tiendas y restaurantes para dar actividad comercial a la zona. Además, como es habitual en los aledaños de los recintos deportivos modernos, también se construirán hoteles para acoger a los visitantes y nuevos aparcamientos para facilitar la llegada con el vehículo particular.
Proyecto sostenible e integrador
El objetivo del Atlético de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid es que la Ciudad del Deporte, nombre que de momento se le ha puesto a este proyecto, presente unas instalaciones sostenibles e integradoras. De hecho, se trabaja con Civitas, patrocinador del club rojiblanco y empresa inmobiliaria especializada en trabajar en proyectos sostenibles que cuiden la gestión energética y de la salud de las personas y el entorno.
Otro aspecto que ambas entidades quisieron destacar en su día es la colaboración entre el sector público y privado. Ambos han llegado a un acuerdo para beneficio de la sociedad madrileña, y es que uno de los compromisos adquiridos es que estas infraestructuras y equipamientos no serán solo de uso de los atléticos, sino que estarán abiertas a todos los madrileños sin excepción alguna.
Se espera que sean dos años de trabajo y que en torno al 2025 se inaugure este nuevo complejo deportivo de primer nivel. Así pues, será la segunda instalación que estrenará el Atlético de Madrid desde que hizo lo propio con su nuevo estadio en 2017. Pocos aficionados colchoneros se podían imaginar hace una década que pasarían del romántico Vicente Calderón y el Cerro del Espino a tener unas instalaciones de máximo nivel y que nada tienen que envidiar a los principales clubes del mundo: consolidados en la élite.
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